Su armonía se mueve entre los acordes tonales de La, es decir, La, Mi y Re, y su ritmo se ajunta al compás de 6/8.

Su forma ternaria ABC ADC, nos muestra tres melodías que se repiten de manera recurrente, donde la primera y la tercera mantienen su texto, siendo diferente en la segunda, como si presentara dos estribillos y, entre ellos, una copla. Quizá esto sea consecuencia de que estamos ante un canto navideño resultado de la fusión de dos villancicos con forma de copla y estribillo, que conserva los dos estribillos y una de las coplas originales. Estos mestizajes, producto de la evolución, son habituales en el folklore extremeño. Si se fusionan dos canciones unas veces se mantienen la copla y el estribillo de ambas, caso de La carta, en la que se mantienen las dos coplas y los dos estribillos de las jotas de origen, y otras veces se pierde alguno de ellos, como presumiblemente ocurre en Alegraos, de ahí su estructura ternaria.

Resulta interesante la alusión a tres instrumentos tradicionales: el tambor, el laúd y la pandereta, instrumento navideño por excelencia.