Como canción de boda se solía cantar en el acompañamiento del novio a casa de la novia y, seguidamente, de ambas comitivas a la iglesia, de ahí que fueran habituales las letrillas que hablaban de momentos previos al enlace. En las últimas décadas del siglo XX se comenzaron a utilizar asimismo textos de recambio referidos a momentos posteriores a la ceremonia nupcial.

Es una canción con ritmo ternario y compás de 6/8. Ello unido a una armonía sencilla ajustada a los acordes de I y V grados y a una forma de copla y estribillo, la convierten en una jota, una jota rondadora.

Armónicamente, proponemos su interpretación en la tonalidad de Sol mayor, con los acordes de Sol y de Re, aunque también es habitual interpretarla un tono más agudo, en La mayor, con los acordes de La y de Mi.

La forma de esta canción es de copla-estribillo. Aunque las coplas son de cuatro versos, en la interpretación se recurre a una ampliación melódica por repetición de cuatro a siete. Es corriente iniciar la copla con la voz de solita cantando el segundo verso, uniéndose el grupo a continuación. Partiendo de una copla de cuatro versos 1-23-4, la progresión de versos en la interpretación puede utilizar cualquiera de estas fórmulas: 2-1-2-3-4-4-1, 2-1-2-3-4-3-4 o 2-1-2-3-4-5-4 (el 5 se corresponde con: ole, ole, ole, ole).

El estribillo presenta textos de recambio. La peculiaridad de estos está en la métrica de los versos que, en lugar de octosílabos como es lo habitual, son endecasílabos. Otra novedad es la rima, que de presentar la típica asonancia en los pares y sin rima los impares, pasa a rimar primero con segundo verso y tercero con cuarto. A veces, incluso, riman los cuatro versos del estribillo.